domingo, agosto 26

cada día

Cada día al despertarme, y después de agradecer un nuevo día,me resisto a una rutina.Bueno, salvo la del mate. A esa, es imposible. Pero es de familia. Las otras no...Tanto, que hasta quiero cambiar los turnos, por ejemplo, de las cosas cotidianas.Leer el diario antes o después de regar las plantas. No leer el diario y dejarlo para la tarde. Regar por la tarde...o plantar todo, dar un portazo, y salir a caminar. Tengo dos animalitos que me impiden variar demasiado...La gatita me sigue llorando a todas partes, hasta que ponga alimento en su comedero, por más que ya tenga.La perrita, es ya tan viejita...que suele no poder esperar a que la saquen, obligándome al trapo de piso antes de nada.
Hasta aquí, todo bien. Pero analizando al mundo, la historia, la vida, uno llega a la conclusión de que por más esperemos cosas distintas...todo se repite. Es como un cine continuado...lleguemos a la hora que lleguemos, nos sentamos y vemos repetirse la misma historia...
Bueno, será cosa de ponerse a inventar...la forma de variar el condimento...ya que no las comidas...Pero a lo grande! Si, tipo: milanesas con dulce de leche! Y, vamos, empecemos Yá!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es bueno ser "gente de gesto sencillo". Esa rutina doméstica es la que en los frentes de guerra, por ejemplo, pasa a ser el retrato que representa la paz, o la calidez de la vida.