sábado, enero 16

Registro de verdades a medias...


...Por que la verdad, es difícil de explicar. Cambia para cada uno a su manera. Está claro!, le dije, mi verdad no tiene nada que ver con la tuya.

Estos cambios de parecer, venían repitiéndose desde el principio.

Carla era ...no podía decir...amiga. Una conocida de la juventud que un día de mucho calor, se me había aparecido en casa con una valija, pidiéndome que la "aguantara" unos días. Según ella...se había peleado con sus padres. Aunque, en otro momento, también me dijo que se habían separado.

No sé si a causa del sopor que me causaba la temperatura...o si no estaba en mis cabales...le dije que se quedara.

A partir de ese día...comenzaron las enumeraciones filosóficas acerca de la verdad. Estaba tan obsesiva con esto como para hacerme pensar que muy coherente no era.Todo lo evaluaba así...la verdad, es esta...por que lo otro no lo es.

Un día decidí ir a visitar a una familia amiga. En seguida se anotó para acompañarme. No me causaba gracia...pero, lo permití...quizá para no empezar otra vez con la filosofía de entrecasa.

Mientras hacía la fila para comprar los boletos del tren, le pedí que comprara unos emparedados y gaseosas. El viaje era largo. Le dí un billete grande, para tener cambio chico para el camino.

Volvió a los pocos minutos. Hablaba hasta por los codos de cualquier cosa. Como no me daba el vuelto...se lo pedí.

Me dijo muy suelta de cuerpo...que lo había perdido! Conté los pasos hasta el negocio donde había comprado...y no pasaban de veinte.

Como podes haber perdido un vuelto en unos pasos?...No sé, me dijo. Pero miraste por el suelo?...Si, bastante. No había tardado nada...así que...Contestó muy firme...es la verdad...si no me crees...

No dije nada...cuando llegamos a casa, tomé su valija, abrí la puerta y le señalé la calle. Te vas ya mismo!

Pero...como? Entonces no era verdad que eras mi amiga?...

Le dí un empujón y cerré la puerta. Juré no volverla a abrir mientras hiciera calor...no quería repetir tonterías.

Me puse a llorar, no sé bien por que...La verdad? Tenía ganas de gritar.

sábado, enero 9

Stand by


Había vivido ahí toda su vida. Nunca se fue. Aunque en un tiempo lo pensó, el hecho de ser único hijo hizo que se fuera quedando. La casa, típica de algunos barrios, era de techos bajos. Construida adelante y con terreno atrás.

Cuando sus padres murieron, primero uno, después el otro, siguió haciendo la misma vida. La oficina por las mañanas, luego el almuerzo, algo tardío, una pequeña siesta. Al levantarse, unos mates mientras miraba un poco de televisión. Luego, regaba el jardín del fondo y se iba a la puerta de calle a tomar aire.

Esto, que se había hecho una costumbre, le era necesario para refrescarse, decía, pero en realidad cada día esperaba ver pasar a su vecina, predilecta. Ella era una muchacha muy bonita y seria, que volvía del trabajo a esa hora.

Tenía un buen pasar, no era muy salidor y no le importaba seguir viviendo como hasta entonces, estaba acostumbrado. El resto del día...limpiaba, arreglaba y cenaba algo. Siempre le habían dicho sus amigos que era más viejo que sus padres.

Una tarde, mientras miraba el noticiero, vio a su vecina en uno de esos reportajes callejeros. Se dio cuenta que ella contestaba lo que hubiera contestado el. Sintió una emoción que no supo explicar.

Cuando salió a la vereda y la vio pasar, le dijo sin saber por que...Hola! Hasta mañana! Ella sonrió y le contestó...Hasta siempre!

Entró rápido. Su casa era un horno de cuatro ambientes. Pensó...aquí no hay quien viva. Hacen falta arreglos, pintura, muebles nuevos más alegres, y sobre todo, aire acondicionado...como no se me habías ocurrido?

Salió al jardín y notó, por primera vez en años...que no había ni un árbol! Flores, plantas y hasta una quintita...pero nada más.

Decidió ir al vivero de la otra cuadra a comprar...no sé, un pinito, un aromo...algún frutal...

Por el camino planeaba llamar a su amigo Mario, que era arquitecto. El lo asesoraría...Un cambio total. Volver a vivir!!

Reconoció que siempre estaría agradecido a su vecinita. Pasara lo que pasara...ese empujoncito de su sonrisa, esa lejana ilusión...le habían cambiado la vida.