miércoles, octubre 31

Los jazmines de mamá


Vi una foto que me hizo volar a nuetra niñez-juventud. Un jazmín estrellita, al menos así le decía mamá. Ocupaba parte de una pared y surgía como de una fuente de un macetón pintado de rojo y blanco. Perfumaba el patio en las noches de verano.
Me gustaba cortar sus flores...pero salía de sus tallos un líquido ambarino, que me hacía pensar que era una señal de dolor.
Recordé las charlas con mi hermano en ese patio, el preferido. Al otro que estaba del otro lado de la casa, no íbamos nunca.
Nos sentábamos en una reposera y lo que más recuerdo...es que nos reíamos. Ahora que lo pienso, o estábamos felices o por lo menos, alegres. Pero era una constante.
Ese jazmín, que vino de otra casa y se mudó con nosotros varias veces, fué testigo de muchos momentos de nuestra vida. Creo, que de los mejores.
Me pregunto donde estará. En cuál de nuestras casas se quedó. No lo recuerdo.
Para mi, está en aquél lugar del patio, perfumando la charla de esos chicos que iban creciendo y dejando sus imágines bajo su perfume. Digo... por que tampoco sé donde están esos chicos

viernes, octubre 26

Pocas palabras


Hoy no comiste...dijo el abuelo. Así era el, hablaba poco, pero preciso. Era verdad. No había comido. No por hacer dieta, por falta de tiempo. No sé como lo sabía el abuelo. Tal vez, por que en la gran olla , siempre al rescoldo, quedaba algo del guisito de la abuela. Ese era el método ideado por ella. Toda la comida de una vez, y cada uno iba sirviéndose a gusto.
Pero de pronto oí que decía...Estás trabajando mucho...y no sé para que! Eso ya era todo un discurso en boca del abuelo!
Aprovechando esa verborragia, me olvidé del apuro y me senté a ver si me decía algo más.
Hay que trabajar mientras se pueda...dije, no muy convencida.
Se quedó un rato en silencio. Cuando ya me iba a levantar...siguió con su idea. Realmente no sé para qué!...Yo trabajé toda mi vida....y lo único que conseguí, es que ustedes también tengan que trabajar? Sonreí y le dí un beso. Así es la vida!, le contesté. No, continuó, esa no es la vida que soñé para mis hijos y mis nietos.
Como se quedó callado nuevamente, le acaricié la mano y me fuí a descansar.
No pude. Recién en ese momento...comprendí que lo que yo había creído una gran paz interior que había logrado en su vejez...no era más que desencanto!
Hice un repaso de mis metas. Era tan importante tener cosas materiales, para emular a los demás? Y mis sueños de estudiar? De embellecer mi espíritu ? De viajar para conocer otros lugares, otras personas?
Esa misma noche...cambió mi vida.¿ No dije que el abuelo hablaba poco...pero preciso?

miércoles, octubre 17

En el colectivo


Estoy en el colectivo...en la falda de mamá. No molestes al señor dice mami, quedate quieta con los pies. El señor mira para otro lado. Sigo inquieta.
Falta mucho?
Si, te dije que era un viaje largo.
Pero cuando llegamos?
Cuando lleguemos! Quedate tranquila, te voy a avisar.
Vuelvo a la ventanilla, pero no hay nada nuevo. Me entretengo con la gente parada. Hay una pareja que me mira..Ella parece triste ...el le dice algo al oido. Ella dice que sí con la cabeza.
Le preguntan a mamá que edad tengo. Yo hago cuatro con los dedos. Se rien, y la señora dice, la misma edad. Se pone triste otra vez y se le caen lagrimas.Teníamos una como ella, falleció. Mami dice pésame o algo así. Yo los miro medio asustada. Es grande para llorar!. Ella me dice no me hagas caso, soy una tonta. Me quedo más tranquila. Ah!...es tonta.
La gente se vá bajando...Los señores también, me hacen adios con la mano.
Mamá está muy callada. Vuelvo a preguntar.
Falta mucho?
No, mi amor estamos llegando , dice mami. Y me abraza fuerte...fuerte. No sé por qué.

martes, octubre 16

Queridos, queridos, queridos


Como los quiero...Dios mio!...cuánto!!
Son mis cimientos, mis columnas, mis paredes de acero.
El techo que me cubre, un sabor a sol cada mañana.
Un baño de luz a mis tinieblas, que son muchas.
Son todas mis fuerzas, mi ternura, mis ganas de vivir!!
Los quiero tanto...y sin embargo me parece que no llego
a demostrar que hay tanto amor en mi...que se desborda.
Y no es que no lo diga, que me encierre, que no bese, que escasee mi cariño.
Es, que todo es poco para tanto.
queridos mios, muy queridos.
Esposo, hijos, hermano, amigos mios.
Nunca, nunca se alejen de mi lado.
Quiero abrazarlos mucho, sostenerlos,
oir sus voces y sus risas.
Puede que haya feos días...pero nunca serán malos..
si están presentes en mi vida.

sábado, octubre 13

miércoles, octubre 10

Búsquedas


Buscaba por todas partes. Cajones, estantes, placares...no podía encontralo. Donde estaría?
Estaba seguro de que lo había visto no hace mucho...Tal vez en estos cajones...Revolvió papeles.
Cayó una foto vieja..un poco arrugada, en blanco y negro. Eran el hermano, un amigo y él.
Ahora recordaba..fué en los bosques de Palermo! La sacó una amiga. Era para el día de los estudiantes?. No, una huelga..eso! El amigo era Lucio. Un aventurero de aquellos. La última vez que supo de él, estaba en Australia. Pero había viajado y vivido en muchas partes...En los primeros años se comunicaba. Cartas, tarjetas...Un buen día desapareció.
Como le hubiera gustado viajar...pero prefirió estudiar. No hizo gran carrera, pero se conformaba con su vida. Después de todo tenía una linda familia.
Recordaba que Lucio le decía que no había que atarse a nada. Que las cosas materiales eran un lastre. Claro, para el sí, que estaba siempre de acá para allá. En cambio, yo, sufriendo por no poder encontrar una cosa del tamaño de un libro. Que bobada!!
Veamos...Ana le dijo que estaba en el primer cajón, pero no se puede confiar. No es muy ordenadita que digamos.
Veamos...no, aquí no. Pero como me acuerdo de ese día. Será por que fué mi primer cerveza?
Y..tenía que impresionar a la piba que sacó la foto. Aunque en realidad ella miraba más a mi hermano, que era más grande.
Revolvía los cajones...pero ya no buscaba. Las madejas de recuerdos le iban envolviendo el cerebro. Del nombre de la piba que súbitamente recordó, Susana (mirá que era fácil) saltó a la primera postal que le mandó Lucio..
Desde este hermoso lugar...y se veía la famosa torre inclinada detrás.
Yo no podía creer que el loco, estaba en Italia. Si hasta pensaba en un montaje, una broma...pero no.
Se inundó de melancolía. Parecía que por los poros le entraba un aroma a bosque y por los oídos la voz de Susana que decía...Si te vas, llevame.
Y se fué, el muy osado se fue, y nos dejó con un hambre de aventuras!!
Ahora comprendió, qué era ese dolorcito que lo invadía de vez en cuando...Era falta de aventuras.
Cerró los cajones, y no buscó más. Que le importaba una pavada como esa, que era tan nimia al lado de los vuelos por el mundo de Lucio?
Voy a hablar con mi familia...desde ahora, las cosas tienen que cambiar!!

sábado, octubre 6

Observación


Lo practicaba a menudo, desde niña. Miraba alrededor...y se fijaba en alguien...sin premeditar. Una persona cualquiera. Empezaba a imaginarse...donde vivía, como era, de que trabajaba...Lo hacía como ejercicio para entretener los viajes de todos los días. A veces se cansaba, no seguía. No siempre la persona daba, para imaginarse algo.Algunos se leían muy claro...otros parecían como encerrados en si mismos y no dejaban volar la imaginación. En fin, estaban los que se bajaban antes de que pudiera empezar.
No lo tomaba como un juego. Era un ejercicio mental.Había leído que las personas privadas de su libertad, hacían cosas así para no enloquecer. Y para ella era enloquecedor ese viaje diario, incómodo y largo.
Siempre pensaba que algún día iba a encontrar a alguien muy interesante que sería el personaje de la novela que pensaba escribir en el futuro. Por eso de...plantar un árbol, tener un hijo...etc, etc.
Le hubiera gustado que alguien con su misma inclinación, le hiciera un retrato de su padre. No sabía como era. Nunca lo había visto ni en fotos. Preguntarle a su madre, era despertar a la fiera dormida en su interior. Empezaba con...No me hables de ese!!! Y seguía con un rosario de palabras...de esas que no se dicen en público.
Una vez, encontró a "su" personaje. No podía sacar la vista de su cara, sus manos (a veces por las manos deducía un oficio)su forma de moverse en el lugar. Le resultaba un libro abierto, como si le contara...pero estaba nerviosa, no lograba hilvanar una historia...se le escapaba.
Cuando sus ojos se cruzaron, el hombre se estremeció...como mareado. Ella bajó la vista asustada. Pensó que el hombre creería que ella...No! no siguió. Se escabulló y se perdió entre la gente.
El hombre la buscó con la mirada, ansioso, angustiado. El sí la conocía por fotos. El supo que era su hija...y que la había perdido nuevamente.

miércoles, octubre 3

Amor, odio


Amo el silencio de los hombres
y el sonido de la naturaleza
acariciar los arroyos de agua clara
y rodearme de música armoniosa
los aromas del hogar latente
comidas laboradas, pan caliente,
los animales que nos quieren sin pedir,
la gente buena,
las charlas con amigos,
las caminatas con el amor mio,
las cosas simples de la vida
el alimento espiritual de cada día.
Odio las guerras, la violencia,
la falta de libertad,
los agravios a la naturaleza,
la mediocridad, la indiferencia, la discriminación
la ambición desmedida
la creencia de que somos superiores,
cuando a diario los "irracionales" nos demuestran
ser mejores que nuestra "inteligencia"

martes, octubre 2

Los bolsillos


Metió la mano en el bolsillo del viejo abrigo, que hacía mucho que no se ponía...Con alegria, notó unas monedas...no es que fueran muchas, pero eran lo suficiente para alegrarla. Faltaba menos para el pancito que había visto en la vidriera de la panadería, y hasta con un poco de suerte y bondad ajena..tal vez pudiera poner algo dentro de el. No recordaba cuando había sido la última vez que se puso ese abrigo y mucho menos el origen de las monedas. Jamás le habían sobrado, siempre llegaba justito. Se puso a pensar que tal vez eran un regalo de un duende, esos con el gorro en punta que veia en los cuentos cuando era chica. Por que ese abrigo se le había perdido en alguna esquina, o bajo un puente, hacía rato. Hoy revolviendo sus trapos (así llamaba a su ropa, no sin razón) lo había encontrado. Estaba prolijamente doblado, cosa que dudaba haber hecho, y hasta tenía un olorcito rico...como a limpio.Pero como era de esperar, tenía menos curiosidad que hambre y no tardó en tratar de conseguir lo que faltaba para el pancito. Le costaba más que cuando era niña, pedir..y recibir. En realidad pedir...le daba vergúenza ahora, y claro, al verla más grande...le daban menos.Mientras se apretaba el cuellito del abrigo con frio, pensó que si eran los duendes..los autores de ese milagro, por que no le habían puesto la llave de un lugar calentito, y si no fuera mucho pedir...una cama con sábanas...de esas de colores que tanto le gustaban. Cuando vió que no le daban nada, que la gente pasaba como preocupada con sus cosas...a fuerza de ruidos en el estómago, se atrevió a entrar a la panadería y en un susurro, pedirle a la panadera si no teniaalgoporelvalordeesasmonedas...así, todo seguido y de un tirón. La panadera sonrió y le preguntó que deseaba, ella contestó que el pancito, y señaló con la cabeza. Para su sorpresa, la señora le dió el pancito y le dijo que necesitaba las monedas...que le rebajaba el precio. Apenas pudo disimular las ansias al morder...y ya se iba, cuando la señora le dijo, mirá, si querés conversá con tu mamá...Yo tengo una piecita junto a la cocina y necesito alguien limpita y educada como vos (no lo podía creer, sería el perfume de la ropa?)para que me ayude. El sueldo no sería muy grande hasta que aprendas, pero tendrías comida y camita con sabanas limpias. Después, si cumplís, ya serías empleada. Traé a tu mamá...y siguió trabajando. Salió como un perro con dos colas...y apretando el bolsillo le dijo a su duende, creiste que no te iba a descubrir? Vos me pusiste las monedas!!! Pero como lavaste el abrigo, eh?