miércoles, octubre 31

Los jazmines de mamá


Vi una foto que me hizo volar a nuetra niñez-juventud. Un jazmín estrellita, al menos así le decía mamá. Ocupaba parte de una pared y surgía como de una fuente de un macetón pintado de rojo y blanco. Perfumaba el patio en las noches de verano.
Me gustaba cortar sus flores...pero salía de sus tallos un líquido ambarino, que me hacía pensar que era una señal de dolor.
Recordé las charlas con mi hermano en ese patio, el preferido. Al otro que estaba del otro lado de la casa, no íbamos nunca.
Nos sentábamos en una reposera y lo que más recuerdo...es que nos reíamos. Ahora que lo pienso, o estábamos felices o por lo menos, alegres. Pero era una constante.
Ese jazmín, que vino de otra casa y se mudó con nosotros varias veces, fué testigo de muchos momentos de nuestra vida. Creo, que de los mejores.
Me pregunto donde estará. En cuál de nuestras casas se quedó. No lo recuerdo.
Para mi, está en aquél lugar del patio, perfumando la charla de esos chicos que iban creciendo y dejando sus imágines bajo su perfume. Digo... por que tampoco sé donde están esos chicos

8 comentarios:

Unknown dijo...

Qué rico el olor del jazmín, Alicia... Bellos recuerdos. Besos,
V.

Unknown dijo...

El jazmìn está en nosotros, manitaquerí; junto a los chicos que siempre salen de nosotros y se visitan con la misma risa.
Un beso, en el patio de la ex Sadi Carnot-Esperanza, hoy Mario Bravo, la casita de la reposera de lona a rayas.

Alicia M dijo...

Gracias poeta...me encantan tus visitas...Estoy medio remolona para escribir...pero siempre me encuentras...Gracias nuevamente.

Alicia M dijo...

Si hermanito...están en nosotros,pero ya son distintos...Eso sí, reirnos juntos, continúa. Gracias a Dios. Un beso.

Gonzalo Del Rosario dijo...

Mi hermana tenía una gallina a la cual la nombramos igual que ella. Yo jugaba con esa ave, e incluso tengo una foto.

Es chévere recordar.

Ricardo Tribin dijo...

Alicia,

Jazmines, Mama, recuerdos de infancia, que bello lo que presentas

Alicia M dijo...

Gonzalo, si, es hermoso recordar. Y con el tiempo, cada vez más. Los recuerdos son como las raíces y a la vez, alimentan nuestro espíritu. El niño que llevamos dentro nuestro, no debe perderse jamás.

Alicia M dijo...

Ricardo, no sé si tienen valor por que mis recuerdos están muy presentes. Me es muy fácil acariciarlos. Pero creo que son parecidos a los de los demás...por eso se reconocen. Gracias, muchas gracias.