lunes, noviembre 19

Te acordás?


Te acordás hermano? Que etapa linda en nuestra vida. Nosotros, jóvenes nacidos en la entraña del tango...Yo en San Telmo, vos en Pompeya, viviendo nuestras experiencias en ese lugar de "las pampas" argentinas. "Arboledas."

Campo...campo y cercano contacto con animales de todo tipo.

Vos ya eras más canchero...siendo más chico, en Córdoba, ya habías hecho migas con los caballos. Y además, eras temerario.

Yo...era algo aparte. Me sacaron de mis danzas clásicas, mis tutús, y me transportaron a lo que a mi me parecía un mundo subreal.

Para colmo vos no estabas. Mi compinche vino después. Sola, con una tia enyesada poco menos que de pies a cabeza.

Sola, es un decir, en realidad lejos de mi familia más cercana, y entre mayores.

La primera mañana, al levantarme, encontré un caballo ensillado atado al palenque de la casa de huéspedes, donde yo dormía.

Lo miré , era lindo, hermoso caballo! Lo saludé con la mano...y me subí a la bicicleta de mi tia...

Hasta que no llegó el resto de la familia...así seguí.

Después a tu llegada...las cosas cambiaron.

Cada vez que veo el campo, o siento el olor a tierra mojada, o escucho un relincho,

vuelven todas esas vivencias en tropel.

Recuerdo cada segundo, cada lugar, cada sabor, cada perfume. Cada cosa que hicimos.

Que notable. Tuve la suerte de viajar bastante por el país y por el extranjero...y aunque guardo hermosos recuerdos de esos viajes...ninguno comparado con esa postal de campo. Ningún temor comparable al horror de ver una enorme toro Holando corriendo hacia mi, como una locomotora. Ningún logro superior a haber logrado montar caballos, a los que temía, y acariciar la frente de los toros, que no son tan malos como aparentan.

Te acordás hermano?

3 comentarios:

Unknown dijo...

Te confieso, manitaquerí: cuando el "clima" se vuelve insopprtable yo vuelvo a Arboledas. Allí siempre están tu Violeta y mi San Dalio atados al palenque. Y coincido con vos, nunca encontré otro cielo parecido.
Un beso enorme, hermana. Cualquier cosa nos encontramos en La Linda, en su casa de huéspedes o al lado de la cocina a leña.

MARAIA BLACKE dijo...

Estimada Alicia
He venido a agradecerte tu visita y me encuentro con dos sorpresas: 1.- Tu más que cercano parentezco con Roberto (estoy hecha una luz) y 2.- La belleza que encierra cada una de tus pequeñas (en lo cortas no en el alma) historias...
Me las leí todas de un tirón...y me encantarón...
me hicieron pensar tambien, recordar...
Te dejo un beso grande y garcias por tus palabras.

Alicia M dijo...

No, la agradecida soy yo. Esto de escribir, es nuevo para mi...y por eso quiero que sigamos...Tu blog es precioso, y no puede faltar alguna pequeña historia tuya..no? Si yo me animé(a pesar de mi hermano al que admiro tanto que me daba vergüenza escribir)con más razón vos, que escribís tan bien.
Un beso, y espero que nos volvamos a encontrar.