Cuando Alejandro tenía unos tres años, decidió que a su mundo le faltaba algo...y creó a su primer personaje. A la madre le pareció raro. Ella y su hermano habían hecho lo mismo, pero cuando ellos eran chicos, no había TV ni computadoras, ahora...decidió no contrariarlo y siguió el juego.
Este personaje era Dieguito, un niño como el. Jugaban y hablaban. De estas charlas se desprendía que eran bastante parecidos. A Alejandro no le gustaban mucho las lentejas, pero a Dieguito sí. Entonces, se comerían las lentejas....Bien por Dieguito, pensaba la madre.
A la hora de recojer los juguetes había conflictos...yo los levanté ayer...no puede ser...decile que me ayude...la madre lo solucionaba . Se quedarían sin postre los dos! Alejandro, solidario, terminaba por levantarlos.
Luego, agrandó el grupo inventando a Julius, Yulius decía el, ya que este robot era italiano como sus abuelos. Los repuestos para este robot importado, se conseguían, según el, en Rivadavia 888,cosa que nadie trató de comprobar por si acaso.
A Julius le gustaban mucho las aceitunas, como a su inventor. La demanda por partida doble, hizo que la madre le dijera que el robot se oxidaría por que estos suelen ser de metal y las aceitunas...pero el la cortó, diciendo que Julius era de plástico...y con esto le cerró la boca.
Cuando apareció Svacum...un robot "totalmente fabricado en Argentina"...la madre empezó a preocuparse y fue al medico. El la tranquilizó en medio de risas.
A Svacum le gustaban las galletitas...casualmente las mismas preferidas por Alejandro.
La casa se estaba llenando de ocupantes extraños, pero no molestaban mucho. Eran de buen corazón y tranquilos como su dueño....y en general, se parecían bastante a él.
La cosa no terminó ahí...pero si ustedes me lo permiten...seguiré otro día. Eso sí. No dejaré pasar mucho tiempo. La madre se está haciendo mayor y temo que se olvide de los otros personajes.
8 comentarios:
Es un relato muy tierno y testimonial, imagino que vas a encarar una serie de textos del mismo tenor con anécdotas de "locos bajitos", estaría bueno manitaquerí!
Un abrazo muy abrazo, Yiyita, a vos y al Gogui-Alejandro-Goliardo :)
Muchos besos de tu manito "dendeveras"
Gracias manitoquerí! Si...tengo ganas...voy a llegar al día en que compartieron algo juntos...te acordás? El mundo infantil es maravilloso y ahora que me pongo vieja...me acerco más a el.Con tanta gente mala hablando pavadas todo el día...es refrescante esta eetapa...Un beso manitoquerí...gracias por ser mi compinche de siempre!
Que lindo !!!... y tenía razón Alejandro, al mundo le sigue faltando algo. Por suerte él pudo solucionarlo con estos amigos mágicos que lo acompañaron. Yo no podría haber compartido almuerzos con "Dieguito" por que no hay manera de que me gusten las lentejas :(...en cambio "Julius" hubiera sido mi compañero ideal, me fascinan las aceitunas!!! Por otro lado, conocí el negocio de Rivadavia 888, allí vendían todo tipo de roscas, tornillos, remaches, arandelas, hélices -todo lo necesario para los robots- y un día ví que habían puesto un cartel que decía:
“¡unicamente por hoy: corazones para robots a sólo 20 besos cada uno!” :)
Un abrazo, Yiyí (me encanta leerte)
Anita querida! Te atreviste a lo que yo no. Es bueno saber que los sueños pueden ser realidad...pero a veces dá miedo comprobarlo. Gracias a Dios, Julius sigue funcionando para todos los que lo conocimos. Y...sigue comiendo aceitunas!!Así, que en casa nunca faltan!Para cuando viene a visitarme....
Un beso enorme para mi solcito.
¡Qué bonito relato!, tierno y maravilloso, quien es Alejandro, tu hijo?
Espero la continuación....
Un abrazo amiga
Querida Paqui...si, Alejandro es mi hijo. y todo es verdad. Era una máquina de inventar cuentos...Imposible aburrirte con el. jaja
Gracias por tu visita, te mando un abrazote grande y muchos cariños.
Esos hijos de imaginación desbordante sólo son posibles cuando los crían madres todo terreno que les siguen la corriente hasta tal punto, que son más fieles a la memoria que sus propios hijos, cuando estos crecen. Estoy completamente seguro de lo que digo, me lo acaba de contar Julius, que con las últimas actualizaciones de software que le hice, no se equivoca nunca. Un beso mío, y de Julius, y de Dieguito, y el comisario Piturs, y el funebrero, y el agente D08 y el X07, y de mi hermano gemelo Daniel, que también es hijo tuyo, y uno por cada uno de los personajes que me habitaron y me habitan, y que vos siempre alimentaste en todos los sentidos. Eso sí, madre, sigue habiendo una sola.
Hijo querido...tus fantasías borraban lo ingrato a mi alrededor. Y me sumergían en un mundo mejor. Agradezco a Dios tu fantasía y tu bondad. Por que tus amigos...eran tan buenos como vos. Que nunca se borre ese mundo en tu alma...Te quiero mucho...
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