jueves, febrero 19

Despiadado calor



Tirado en su cama, la habitación a oscuras, tratando de no moverse, respirando despacio, como tratando de hacer yoga, soportaba la tarde más calurosa que recordara desde siempre. Estaba como unas isla en medio de la cama húmeda y caliente e intentaba pensar en nieve, viento helado, cosas que lo acercaran al fresco...pero no lo conseguía. Un viejo ventilador ruidoso le tiraba una limosna de aire caliente que casi lo castigaba, pero el chirrido de sus gastadas aspas,le hacía compañia...por eso lo dejaba.

Todo el día trabajando, pensó, para sufrir este infierno? Valía la pena haber dejado su lindo terruño y su buena familia para buscar futuro

Si, también hacia calor en su provincia, pero allí tenía una salida. Se acostaba debajo de los árboles, cerca del aljibe y cada tanto un balde de agua fria sobre su cuerpo, lo dejaba en posición de seguir descansando. De solo pensarlo se sintió más desdichado. Le llegó el aroma de su patio,comunion de flores, tierra y comida materna. Casi se puso a llorar

Se arrastró hacia un costado un poco más seco de la cama, prendió su pequeña radio, ...justo cuando una voz decía...temperatura 38 grados, sensación térmica 41 grados. No le extrañó, pensó que se habian quedado cortos.

Sin saber como, se fué quedando dormido mientras pensaba...no puede durar toda la vida. Tal vez mañana llueva y refresque.

Cuando comenzó a amanecer, se levantó de un salto abrió la cajita donde guardaba sus ahorros. No era mucho, pero le alcanzaba. Si llegaba a tiempo para el primer micro abrazaría a su madre antes de la cena. La próxima noche...sería muy distinta a la de ayer.



lunes, febrero 16

En la iglesia


Sentada en la penumbra de la iglesia. No rezaba. Pensaba a solas, cosa que no podía hacer a menudo. Tampoco había ido especialmente. Salió a caminar a la deriva y sin saber como llegó ahí. En ese momento de paz, sintió que era lo que esperaba. Un remanso de silencio...
Su casa ultimamente, era un verdadero caos. Un marido bastante ausente, dos adolescentes imposibles, un padre enfermo y demandante...y cuatro perros.
De silencio, ni hablar. Tampoco,para ser sinceros, de atención a su persona. Estaba segura de que no notarían su ausencia hasta que tuvieran hambre. Tenía que respirar.
Hizo un resumen de su vida y llegó a una conclusión. No había sido mala hasta...hacía dos o tres años. Después de que Nancy cumpliera sus 15 años, todo cambió. No parecía razonable, pero era así. De pronto esa nena que la acompañaba tanto, se empeñó en volar sola. Iba y venía, casi no la veía y cuando estaba en casa era una malhumorada total. De Sergio...bueno un muchacho de 18 años...es una especie de huésped que a toda hora busca comida, remeras limpias y si se encuentra con su hermana pelea y grita su nombre como reprochandole el haber procreado algo que el no pedía.
Papá...bueno, había que tener paciencia. A esta altura de su vida no está muy seguro de nada. Pide comer y recién lo hizo, habla en tiempo presente de personas que hace rato que no existen. Eso cuando está bien! A veces se niega a comer o a beber y ahí está ella para insistir y engañarlo para que se alimente.
Bueno, esto tampoco es una vacación, ni siquiera un fin de semana largo...solo unos minutos para recuperar el aliento.
Hay que volver a casa, pensó. Tampoco soy una irresponsable. Miró el reloj y sin darse cuenta, había pasado una hora.
No se apuró. Segura de que no habían notado su ausencia, caminó despacio hasta su puerta.
Cuando la abrió, su familia en pleno...estaba dando vueltas por la casa. Nerviosos y preocupados la recibieron con alegría.
Le dijeron que no se preocupara, que si estaba bien. Ante su confirmación, le ofrecieron un lugar en la mesa y le contaron que Papá y Sergio habían comprado algo que a ella le gustaba y que Nancy estaba cocinando...
Ella no salía de su estupor. No sabía si era un milagro producto de su visita a la iglesia. Pero mientras oía a sus hijos reír y veía a su marido sirviéndole cariñosamente la comida, llegó a la conclusión de que había exagerado un poco, que tal vez el cansancio...pero decidió que sea lo que fuere...iba a visitar la iglesia sin aviso y cada tanto, para volver a vivir esta experiencia.