Tirado en su cama, la habitación a oscuras, tratando de no moverse, respirando despacio, como tratando de hacer yoga, soportaba la tarde más calurosa que recordara desde siempre. Estaba como unas isla en medio de la cama húmeda y caliente e intentaba pensar en nieve, viento helado, cosas que lo acercaran al fresco...pero no lo conseguía. Un viejo ventilador ruidoso le tiraba una limosna de aire caliente que casi lo castigaba, pero el chirrido de sus gastadas aspas,le hacía compañia...por eso lo dejaba.
Todo el día trabajando, pensó, para sufrir este infierno? Valía la pena haber dejado su lindo terruño y su buena familia para buscar futuro
Si, también hacia calor en su provincia, pero allí tenía una salida. Se acostaba debajo de los árboles, cerca del aljibe y cada tanto un balde de agua fria sobre su cuerpo, lo dejaba en posición de seguir descansando. De solo pensarlo se sintió más desdichado. Le llegó el aroma de su patio,comunion de flores, tierra y comida materna. Casi se puso a llorar
Se arrastró hacia un costado un poco más seco de la cama, prendió su pequeña radio, ...justo cuando una voz decía...temperatura 38 grados, sensación térmica 41 grados. No le extrañó, pensó que se habian quedado cortos.
Sin saber como, se fué quedando dormido mientras pensaba...no puede durar toda la vida. Tal vez mañana llueva y refresque.
Cuando comenzó a amanecer, se levantó de un salto abrió la cajita donde guardaba sus ahorros. No era mucho, pero le alcanzaba. Si llegaba a tiempo para el primer micro abrazaría a su madre antes de la cena. La próxima noche...sería muy distinta a la de ayer.
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6 comentarios:
Alta temperatura y alto desarraigo, socios terribles para un alma en soledad.
Me acuerdo de aquella zamba de Dávalos ("La nostalgiosa") que hablaba de un provinciano "perdido" en Buenos Aires:
"...Busco al fondo de la calle un cerro
pero encuentro el cielo y nada más"
Besos, manitaquerí
Me encantó!
Si, manitoquerí. Lo vemos a diario. Los ojos de los provincianos perdidos en Buenos Aires son muy tristes. Gracias por tu aliento...te quiero mucho, besos.
Nunca me gustó el verano. En mi tierra solemos alcanzar hasta los 44 allá por julio, pero este año, tras el largo y crudo invierno que hemos pasado y al que no estábamos acostumbrados, he comenzado a amar por anticipado al verano. Me temo que en julio comenzaré a odiarlo de nuevo y lo que es peor es que yo a todos los tengo aquí y no podré irme a tierras más frescas:)
Besos y salud querida Alicia.
Bueno, Trini, lo ideal es el término medio...pero no se puede conseguir salvo en lugares especiales. Igual, gracias por venir a verme. Aprecio mucho tu amistad y tus visitas. Un besote con abrazo.
Me ha encantado. Volveré.
Un saludo
Jesús Domínguez
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