viernes, diciembre 11

Desde el agua


Desde el agua, la realidad parece distinta...más idílica...como uno la imagina en los mejores momentos. Además...está ese silencio apenas acariciado por el rumor del agua. Todos parecen felices. Los colores más difumados por el vapor y el sol y un aroma como a paz, que no se puede definir.
Le gustaba quedarse en el bote mirando sin mirar. Como en un entresueño. Dejar volar libremente su imaginación...sin los condicionamientos que cada día se le acumulaban.
Era una especie de Paraíso, pensó. Sin nada que la interrumpiera, sin teléfono, sin gritos. Las risas y juegos lejanos, sonaban bien. Casi como música de fondo.
Entonces volaban sus fantasía, sus mejores recuerdos. Los aromas de la infancia..las voces de sus padres, los hoyuelos de las sonrisas de su hermanito y luego los de sus hijos como una herencia de alegría.
Pucha que vale la pena vivir...o haber vivido para verlo!! Pensó que la vida es sabia y nos va llenando de muletas para soportar lo malo. Así es como te prepara para soportar ciertas cosas...que bueno, son bastante insoportables.
Estaba tratando de tomar una resolución. Una vieja amistad que le había fallado malamente, la llevó a tomar distancia, a sentirse mal. Si, por lo pasado, pero también por ella. Cada ser que estuvo a nuestro lado como amigo, y aún como conocido, es parte de nuestra vida e irremediablemente, cuando se va...nos queda un vacío en algún lugar.
Si bien había esperado la disculpa del otro...resolvió que si esa persona era inconsciente del daño hecho...de la tristeza del otro...ella no podía ser igual. No sentía rencor...era decepción.
Por supuesto, la iban a criticar...como pudiste perdonarla? Con lo que te hizo!! Que importaba...Ella se sentiría mejor, más pura, más leve, y lo que ella quería...era volar. Que su mente pudiera viajar liviana de equipaje. Como esa gaviota que la saludaba con sus alas blancas.
Estaba cansada y su cuerpo y mente le pedían un rato más de paz. Pero cuando se toma una decisión, buena o mala, no hay que demorarla.
Tomó los remos decidida a acercarse a la tierra, aunque esta se viera más despiadada en su realidad cercana.